En los procesos de pintado industriales se utilizan diversos métodos, lo que complica la decisión de compra de muchos que buscan adquirir equipos que se adecuen a sus requerimientos. Existen dos métodos de pintura, cada uno de suma utilidad para aplicaciones específicas, que suelen ser confrontados por muchos para buscar cuál es la mejor: la pintura húmeda que puede aplicarse con pistola para pintar y la en polvo o electrostática que recurre a cabinas de pintura. Conocer sus diferencias, beneficios y limitaciones es crucial para hacer la mejor elección.
Dos métodos ventajosos para aplicaciones diferentes
El mundo suele interpretarse a través de binarios: bien y mal, izquierda y derecha. Lo mismo ocurre en los procesos industriales, por ejemplo, la fabricación de chapa. En la última los procesos de pintado suelen dividirse en pintura en polvo (para lo cual se requieren cabinas para pintura electrostática) o húmeda. Las opiniones entre ambos está lejos de ser unánime: algunos afirman que uno es superior al otro y viceversa. Consideramos que ambas son útiles, y que es necesario que los interesados determinen sus necesidades para escoger el más conveniente. Es crucial también que conozcan los principios básicos, procesos, y beneficios de cada uno.
Pintura en polvo
Se trata de un proceso de acabado en el que un recubrimiento es aplicado de forma electrostática sobre una una superficie como un polvo seco y flotante antes de pasar a la aplicación de calor para finalizar el revestimiento. El polvo puede estar fabricado con una amplia cantidad de productos, desde poliéster y poliuretano, hasta poliéster-epoxi, epoxi directo y acrílico. El recubrimiento electrostático que ofrece muchos beneficios en materiales metálicos, permite la obtención de acabados gruesos y duros, los cuales presentan mayor resistencia que las pinturas convencionales. Puede encontrarse en una amplia gama de productos, desde electrodomésticos hasta chapas para automóviles.
Procesos
El recubrimiento en polvo puede lograrse a través de uno de los siguientes procesos: termoestables y termoplásticos. Los primeros poseen productos químicos adicionales, los cuales reaccionan al polvo durante el calentamiento. Los termoplásticos no los poseen, simplemente se funden y fluyen hacia el recubrimiento final. Ambos procesos tiene bastantes semejanzas, lo único que los diferencia es esta características. Se crean al tomar la entrada de polvo y unir los elementos, calentar la mezcla, extender el producto y posteriormente romper el producto de polímero en fragmentos que se pueden moler para lograr un polvo fino.
Para su aplicación se consideran diversos pasos. Primero, el objeto es limpiado de forma minuciosa para eliminar cualquier residuo o aceite que pueda dificultar la fijación del polvo seco. El polvo seco se aplica posteriormente de manera electrostática en cabinas de pintura, método mediante por medio del cual las partículas del polvo y los objetos se cargan a través de una descarga de alto voltaje. Esta fase incremente en gran medida la eficiencia y productividad del proceso hasta en un 95%, además, evita que haya menos desperdicio de pintura y que el objeto metálico sea recubierto por completo.
El recubrimiento en polvo que fue rociado, es curado posteriormente a temperaturas de hasta 400 grados, por unos cuantos minutos para que el acabado se pueda fijar sobre el objeto. El calor derrite el polvo, y el curado recubre el producto de chapa y une el polímero en un acabado más apretado y pesado.
Beneficios y limitaciones
Hay muchas razones para usar equipos electrostáticos, por ejemplo, ofrecen acabados gruesos y densos en productos metálicos que pueden ser más duradero que la pintura convencional. La pintura en polvo es un acabado de una capa, por lo que el proceso es sumamente rápido y sencillo, también puede incluir diversos colores y texturas de acabado personalizados, debido a que los polvos rociados se pueden manipular. Se trata de un proceso seguro para el medio ambiente porque produce pocos compuestos orgánicos volátiles, además, crea las superficies acabadas más uniformes debido a que el polvo se rocía y se calienta sin goteos ni restos de aplicación.
Existen dos limitaciones en el proceso que deben conocer para determinar si es el más conveniente. Primero, genera un acabado grueso en los productos metálicos. Puede ser complicado producir acabados delgados, particularmente debido a que a medida que el polímero se adelgaza, tiende a producir una textura irregular y similar a una cáscara de naranja. Segundo, para los trabajos menores conviene un proceso de acabado menos costoso o complejo.
Pintura húmeda
Se trata de un proceso convencional de aplicación de pintura líquida a productos metálicos. La mayoría de los procesos de fabricación de láminas usan un aerosol, pistola para pintar bomba o recipiente presurizado para entregar uniformemente la pintura húmeda. Se conoce como enchapado, y hace referencia al procedimiento por el cual el metal se deposita en una superficie conductora (por ejemplo, las joyas que son chapadas en oro). Puede emplearse para múltiples propósitos: decoración, inhibición de la corrosión, optimización de la portabilidad, endurecer, reducción de la fricción o mejora de la adhesión.
Procesos
Se realiza con la limpieza a fondo de objetos metálicos antes de aplicar el chorro de pintura líquida a un espesor uniforme de aproximadamente 15 micrómetros. La pintura es aplicada hasta que el producto es recubierto por completo con el espesor deseado. Puede ser complicado y depende del metal y el efecto buscado. Comúnmente se aplica una combinación de calor y presión para lograr una fusión, aunque vapores y líquidos también se pueden usar como sustitutos adecuados del calor o la presión.
Beneficios y limitaciones
La pintura húmeda es perfecta para productos que no se pueden calentar con recubrimiento en polvo, ya que no requiere un horno para el acabado. Puede también producir una gama más amplia que el recubrimiento en polvo, por lo que es ideal para trabajos más personalizados. La pintura húmeda produce un acabado mucho más delgado que su contraparte en polvo. Los productos que requieren acabados finos pueden beneficiarse con ella. Por último, es un proceso más económico y conveniente para trabajos pequeños.
Posee también dos limitaciones. Primero, no es tan duradera como el recubrimiento en polvo. Segundo, necesita múltiples capas para lograr un acabado uniforme y sin marcas. Debido a que empieza con un líquido, el acabado puede ser complicado para garantizar resultados perfectos, lo que da como resultado múltiples capas de acabado.
¿Cuál es la mejor opción?
En Powdertronic consideramos que ambos métodos son excelentes opciones, y que determinar cuál es la mejor opción depende de los requerimientos de su aplicación. Lo conveniente es acudir con un experto en equipos de pintura para que los oriente durante el proceso de compra.
Si desean asesoría de expertos o piezas como la pistola para pintar de la más alta calidad, contacten a Powdertronic a través de la línea (55) 5239 4775 o completen el formulario que encontrarán en la sección de contacto.