El pretratamiento es un lavado y acondicionamiento de la pieza que se realiza para evitar que existan grasas u otros contaminantes que impidan la correcta adhesión de la pintura.  Los sistemas más comúnes son por inmersión, aspersión o en estación de limpieza.

Las cabinas de pintura en polvo están fabricadas, para contener y recuperar la pintura que no  se queda adherida en la pieza.  

Los hornos de curado sirven para secar las piezas después de la limpieza y para curar la pintura aplicada.  Su diseño es de alta eficiencia lo que reduce el consumo energético.

Equipos manuales de aplicación para lograr acabados tersos, homogéneos y de alta calidad. Cuentan con pistolas de última generación que logran penetrar en los lugares más profundos y difíciles.

En la aplicación de pintura en altos volumenes generalmente se utilizan los equipos doble pistola o las pistolas automáticas de aplicación montadas sobre un reciprocador o sobre un robot. 

Transportadores: Para mover las piezas entre las diferentes etapas se utilizan transportadores aéreos que permitan realizar esta opción sin necesidad de la intervención de operadores. 

Sistemas de lavado: Antes de poder aplicar la pintura es necesario que la pieza se pretrate para lograr la mejora adherencia.  Para ello se utilizan lavadoras de varias etapas con aspersores. 

 Las cabinas de pintura continuas proveen un ambiente limpio para que el operador o el sistema automático pueda aplicar adecuadamente la pintura.  También tienen un recuperador de pintura para poder reutilizar el polvo que no se aplique.

Están diseñadas para ser operadas por dos o más pintores, por pistolas automáticas montadas en reciprocadores o por robots. 

Hornos de secado: Posterior al lavado es necesario pasar las piezas por un horno de alto volumen de aire que ayude a secar las piezas antes de la pintura.

Hornos de curado: El paso final es el curar la pintura aplicada, de manera que los polímeros de la misma se fundan en una capa uniforme de alta resistencia física y química.