La pintura en polvo destaca por los excelentes acabados que ofrece y la posibilidad de una gran variedad de colores. Sin embargo, hay algunos problemas que no ocurren por la calidad de la pintura, sino por los componentes usados. Uno de ellos es el amarillamiento y se relaciona con los aditivos y los hornos de gas directo. El problema puede solucionarse si se aplican medidas o se usan otros sistemas indirectos de curado, como el horno de convección.