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La aplicación de pintura en polvo por lecho fluidizado

Cuando se habla de pintura en polvo, usualmente se evoca la imagen de personas que aplican el recubrimiento con una pistola dentro de cabinas de pintura. La aplicación por pulverización es el método más usado, aunque hay otro que destaca por sus excelentes beneficios, como su facilidad de aplicación: la aplicación por lecho fluidizado. Si cambian los recubrimientos en líquido por pintura en polvo, conviene que conozcan este método para determinar si es el más conveniente.

Recubrimiento por lecho fluidizado y sus beneficios

Antes de recubrir las piezas de metal con pintura en polvo para percibir sus principales ventajas, como nulo uso de solventes y versatilidad, es necesario convertirla en un fluido para que pase por el sistema aplicador y se obtengan revestimientos uniformes. Para ello, es necesario hacer pasar aire seco y limpio a través de ella con ayuda de una membrana colocada en un sistema de alimentación de tolva o cajón. Una vez fluidificado, el polvo se aplica mediante dos métodos: pulverización y lecho fluidizado.

En el caso del lecho fluidizado, la pieza es precalentada en un horno de convección o de otro tipo por un periodo específico según su volumen y forma a una temperatura mayor que el punto de fusión. En algunos talleres, se aumenta la temperatura entre 300 °C y 450 °C para acelerar el proceso.

Cuando la pieza alcanza una temperatura adecuada, es sumergida en un baño o lecho de pintura en polvo fluidizada según el proceso descrito anteriormente. El polvo actúa igual que un fluido y se adhiere a la superficie del sustrato, incluso en las zonas poco accesibles. El contacto entre el metal y polvo produce una capa uniforme con un espesor de 250 micras aproximadamente.

Con respecto al tiempo en que la pieza permanece sumergida, varía entre dos y cuatro segundos, aunque, si se desean capas con mayor grosor, se deja por más tiempo. Se trata de un método versátil, aunque funciona menor en metales de sección gruesa que en láminas finas. Al retirar las piezas del baño de pintura, algunas empresas las pasan en un horno para mejorar el curado del recubrimiento.

Ahora bien, este método ofrece varios beneficios, como:

  • A diferencia de la aplicación por pulverización, no es necesario pasar la pieza a los distintos tipos de horno de pintura industrial para realizar el curado.
  • Aumenta considerablemente la productividad, ya que es muy rápido y permite pasar varias piezas de forma continua.
  • Los componentes del sistema son sencillos y no requieren demasiada inversión, por lo que el baño fluidizado es ideal para pequeñas y medianas empresas.
  • Se usa en cualquier pieza sin importar sus dimensiones, incluso funciona bien con plásticos.
  • Requiere una sola fase de aplicación para recubrir el interior y exterior de las piezas.
  • No hay desperdicios de polvo ni uso de solventes, lo que reduce impactos medioambientales y genera ahorros considerables en insumos.
  • Recubre elementos con geometrías complejas, sin comprometer la uniformidad ni espesor de la pintura en toda su superficie.

¿Qué hay de la pulverización?

Para determinar si conviene o no el lecho fluidizado, conviene compararlo con la pulverización. En este caso, el polvo es dirigido desde el lecho fluidizado hacia una pistola para pintar. La transferencia se realiza mediante bombas de etapa densa o Venturi. La adherencia de la pintura baja la atracción de objetos con distintas cargas.

La pistola carga las partículas de polvo y aire para que se adhieran al objeto a recubrir, que se conecta a tierra. La carga es crucial en este caso, ya que cualquier error derivará en malas adherencias. El proceso se realiza dentro de cabinas de pintura y mediante dos técnicas de carga:

Técnica tribostática

En este caso, la pintura pasa por un tubo de teflón para cargarse por ficción. Hay una pérdida de electrones en el recubrimiento para cargarse positivamente. Posteriormente, se usa una corriente de aire para pulverizarlo a la pieza conectada a tierra, interactuando por el campo eléctrico generado por una nube de polvo.

Los aplicadores controlan tanto parámetros como la magnitud de la carga y la velocidad a del polvo para obtener espesores y acabados específicos. A diferencia de la técnica electrostática, tanto la corriente de aire como la intensidad del campo eléctrico entre las piezas y la pistola son menores, por tal motivo, tiene buen comportamiento a recubrir áreas de difícil acceso o jaulas de Faraday en las piezas.

Técnica electrostática o aplicación por efecto corona

Es la más utilizada en talleres y requiere cabinas de pintura. Se usa una cascada para crear un voltaje hasta de 100 kV. Este pasa por un electrodo ubicado en la punta de las pistolas, lo que genera una corona (comúnmente de carga negativa), una ionización del aire y un campo eléctrico entre las piezas conectadas a tierra y la pistola. Funciona mediante atracción electrostática y el polvo se adhiere a los sustratos, debido a que se carga negativamente por la corona y el aire ionizado.

Ya sea que opten por el lecho fluidizado o la pulverización, en Powdertronic encontrarán todo el equipo para aplicar ambos métodos. Pidan una cotización al (55) 5239 4775 o completen nuestro formulario.