El proceso de calentamiento de piezas o sustratos a nivel industrial es de suma importancia para muchos sectores, principalmente, para aplicaciones como el curado de pintura. Hay varias tecnologías para su ejecución, las más populares son el horno industrial infrarrojo y de convección por aire caliente. El primero implica la transferencia energética a través de radiación electromagnética. Su popularidad ha aumentado por varias razones, por ejemplo, su versatilidad, bajos impactos ambientales y máximo control del proceso.
Probablemente estén considerando adquirir un horno infrarrojo para el curado de recubrimientos en polvo, ya que es cada vez más utilizado, no obstante, ¿es realmente lo que necesitan? Es probable que, para su caso, funcione bien un sistema de convección convencional. Para tener una idea más clara, continúen con esta lectura.
Algunos aspectos importantes acerca de esta tecnología
En caso de que desconozcan el funcionamiento del horno infrarrojo, atiendan lo siguiente. Básicamente, consiste en energía luminosa. Pongamos el ejemplo de la luz solar. Esta puede calentarse si incide directamente en ti, pero, si estás en la sombra, el calentamiento será muy ligero. El funcionamiento del infrarrojo es muy similar.
En el caso del curado de pintura, utiliza longitudes de onda corta, mediana y larga y cada una opera con cualquier recubrimiento, aunque se debe especificar el tiempo de exposición para que el curado no sea ni excesivo ni insuficiente. Al ajustar la longitud más adecuada para el tipo de recubrimiento y color, se logrará una velocidad determinada de polimerización.
Actualmente, cada vez más empresas integran esta tecnología debido a que permite ejecutar procesos de una forma muy rápida si se compara con un horno de convección. Este último es el método más utilizado para el calentamiento y curado de piezas, no obstante, se queda atrás cuando se trata de un calentamiento más rápido y controlable.
La eficiencia del infrarrojo es igual o mucho mayor y es capaz reducir el trabajo requerido en el curado y aumentar el rendimiento del proceso hasta 10 veces más que la tecnología de convección. Cabe mencionar que es una excelente opción si buscan procesos más sustentables, ya que no es necesario utilizar combustibles de forma directa para su funcionamiento. Si se compara nuevamente con un horno de convección, es posible disminuir los impactos ambientales con su implementación hasta en un 60%.
¿Esta tecnología es lo que necesitan?
Es importante mencionar antes algunos puntos, por ejemplo, que la efectividad del funcionamiento de los hornos infrarrojos para cualquier caso depende de múltiples factores, por ejemplo, es necesario que las pinturas que vayan a curar sean compatibles con el sistema. Otro punto importante es considerar las normativas ambientales y de seguridad relacionadas con su uso, ya que hay riesgos al manejarlo.
Una vez dicho esto, consideren los siguientes aspectos para determinar si conviene o no un horno industrial infrarrojo para su caso:
Cuando se requieren grandes niveles de eficiencia y velocidad
Una de las principales razones por las que esta tecnología es cada vez más demandada entre los aplicadores de pintura, es por la velocidad de curado que ofrece, lo que se debe a que producen calor de manera directa en la superficie de las piezas revestidas. No obstante, si manejan pequeños volúmenes, quizá resulte preferible optar por un horno de convección más asequible. Por el contrario, en caso de que manejen pequeños volúmenes, pero desean crecer y cuentan con suficiente capital para adquirir un horno IR, no duden en su compra.
Cuando se busca una mayor eficiencia energética
A diferencia del horno industrial de convección, los hornos IR brindan notables ahorros de energía. Su menor consumo de energía se debe a su capacidad de producir calor de forma instantánea y hacer que incide de forma precisa. Tal reducción no solo es conveniente si buscan ahorros operativos a largo plazo, sino cuando se busca mejorar la imagen del negocio por una más sustentable.
Cuando se requieren procesos continuos
Aquellas instalaciones en las que es necesaria la continuidad en los procesos productivos, por ejemplo, en líneas automatizadas, la tecnología infrarroja es una excelente aliada. Su excelente capacidad para calentar rápidamente y hacer que la temperatura requerida sea sostenida permite una alta eficiencia y productividad. Por el contrario, si sus procesos son discontinuos, quizá resulte preferible el sistema de convección.
Cuando se busca el curado de objetos con geometrías complejas
Quienes recubren piezas con geometrías complejas e irregulares, deben optar por esta opción para su curado. Esto se debe a que la luz infrarroja incide en las piezas con una mayor precisión que otras tecnologías, accediendo a zonas difíciles y brindando así una polimerización uniforme. En cambio, un ejemplar de convección les será muy útil si sus piezas no son diversas y presentan formas sencillas.
Cuando se desea un control preciso de la temperatura
La precisión no aplica únicamente en la dirección de la luz para esta tecnología, sino igual en el control de la temperatura. Se trata de algo relevante cuando se manejan piezas plásticas o recubrimientos sensibles al calor que terminarían estropeadas con un sistema de convección. Al controlar la temperatura, es posible lograr excelentes acabados en sustratos especiales, sin riesgos de pérdidas económicas por retrabajos o desecho de piezas.
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