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5 diferencias clave entre la pintura electrostática líquida y en polvo

La pintura electrostática líquida fue la primera en comerciarse en la década de 1940, pero, diez años después, surgiría el polvo electrostático y los equipos de pintura requeridos para su aplicación. Desde ese momento, expertos debaten acerca de cuál es el mejor método de aplicación electrostática. En realidad, ninguno es superior a otro y la elección correcta depende de varios factores. Para que hagan una elección adecuada, conozcan cinco diferencias clave entre ambas tecnologías de recubrimiento.

Durabilidad

Es importante considerar la diversidad de condiciones a las que se enfrentan los sustratos recubiertos. Hay productos diseñados para operar en exteriores, altos niveles de salinidad, trabajos pesados, para interiores (como los electrodomésticos) o para funcionar como componentes internos. Pese a la variedad de condiciones, la mayoría de fabricantes señalan que las piezas recubiertas con pintura electrostática líquida y en polvo duran aproximadamente una década, por lo que la durabilidad no es una gran diferencia, aunque sí es necesario un análisis detallado según su aplicación.

En ambos casos, el mantenimiento es muy similar y basta con que las piezas estén limpias y libres de contaminantes, como salitre o grasas. En cuanto a durabilidad, tanto la aplicación de pintura líquida como la aplicación de pintura en polvo con equipos electrostáticos es muy similar.

Costos

Aquí sí hay una notable diferencia. La aplicación de polvo requiere de cabinas para pintura al igual que hornos especiales para el proceso de curado, cuyas dimensiones varían según el presupuesto y el espacio en el taller. Invertir en ambas tecnologías requiere altos costos, quedando fuera del alcance para muchas empresas pequeñas. Igualmente, se requieren instalaciones muy grandes para que quepan y funcionen con fluidez.

Por otra parte, es posible aplicar la pintura electrostática líquida en un sitio o en otra ubicación. Si bien no son necesarias las cabinas, ayudan a obtener resultados efectivos. Tampoco se requiere un horno, lo que disminuye notablemente la inversión inicial. Lo que se necesita es una pistola de pulverización diseñada específicamente para líquidos, que pueden ser manuales o automáticas.

Calidad

Aquí se consideran los siguientes aspectos:

Acabado final

Ambas opciones ofrecen excelentes acabados si se usan los equipos de pintura adecuados, aunque es necesario superar algunos desafíos según el tipo. Para la pintura en polvo, es necesario limpiar bien las piezas, lo que requiere un proceso minucioso. Si hay contaminantes, ocurrirán defectos tras el curado, como la piel de naranja, que implican trabajar nuevamente las piezas, ralentizando así el proceso.

En el caso de la pintura electrostática líquida, hay riesgos de sobre rociado o marcas de gotas, aunque depende de la calidad de los equipos de pintura y la experiencia del aplicador. Permite retoques, reduciendo los tiempos requeridos para corregir los errores.

Colores

La pintura líquida tiene mayor variedad de colores y permite mezclarlos para lograr tonalidades únicas. Usualmente, brinda acabados metálicos brillantes. Por otra parte, la pintura en polvo presenta una menor gama y no es posible mezclarlos. Una gran cantidad de acabados son mate, a ello se debe que los usuarios consideren que el polvo brinda texturas y el líquido solo colores.

Aplicación

Hay casos donde no es posible usar el polvo, debido a que necesita horneado y únicamente se aplica a piezas que puedan transportarse al local. En el caso de recubrimientos in situ, es imposible la aplicación de polvo. A ello se debe que se use pintura líquida cuando los contratistas van a los sitios a pintar piezas u otros objetos. Para la pintura en polvo, es importante que el material resista al calor, por lo que es imposible usarla en materiales como la goma.

Otro factor importante es la experiencia del aplicador. La limpieza adecuada de las piezas evitará cualquier falla con la pintura en polvo. Para la pintura líquida, es necesario ser cuidadosos para evitar caídas, corridas u otros defectos; sin embargo, permite cambiar de color, lo que es conveniente para las pymes con limitaciones espaciales para pintar.

Otra notable diferencia radica en el proceso de preproducción. En el caso del polvo, debido a que las piezas tienen que estar inmaculados, el proceso de preproducción es más complejo. Para ello se requiere un tratamiento específico, especialmente en materiales metálicos.

La pintura líquida electrostática igual puede aplicarse sobre más materiales, ya sea porcelana, plástico, papel, caucho, cerámica, cristal, entre otros.

Seguridad

Si bien la pintura líquida ofrece notables ventajas, la pintura en polvo conlleva menos liberación al ambiente de compuestos orgánicos volátiles (VOC). Esto se debe a que los polímeros en polvo contienen muy pocos VOC, volviéndolo más seguro para los aplicadores. A ello se suma la posibilidad de recolectar el polvo y almacenarlo, evitando que vuele lejos de la cabina. Es por estas razones que se considera como una opción más ecológica.

Para ambos casos, es indispensable que los operadores cuenten con equipo de protección personal, como respiradores y trajes especiales. Igual se requieren ciertos protocolos para evitar descargas eléctricas.

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