Después de aplicar recubrimiento de pintura en polvo o de otro tipo en las piezas, sigue el proceso de curado, cuya temperatura varía según el tipo de pintura usada. El curado se lleva a cabo en un horno de convección y se conoce como polimerización. En él ocurre una reacción química entre los componentes del recubrimiento, como pigmentos, aditivos, resinas, cargas y agentes endurecedores. Esto resulta en una película durable que cubre las superficies y que no puede lograrse mediante el secado al aire libre.
Si desean aplicar este proceso en su empresa, es importante que adquieran un horno industrial, ya que agiliza los procesos de producción. Usualmente, adquirir uno que opere con quemadores de gas es la opción más elegida, debido a que requiere una menor inversión en comparación con los ejemplares eléctricos, además presenta menores costos operativos. Los hornos eléctricos destacan por su mayor eficiencia y su capacidad de proporcionar excelentes resultados a baja temperatura.
Ambas opciones son convenientes, pero es importante elegir el más adecuado para su empresa y aplicaciones, ya que tienen un impacto directo en su capacidad financiera y producción.
Los hornos de gas son generalmente más asequibles
Si se considera únicamente la estructura, los hornos eléctricos pequeños y de gama baja son más asequibles que su contraparte de gas. Igualmente, los ejemplares grandes de gama alta pueden tener un precio similar o menor que sus homólogos de gas. Sin embargo, para la mayoría de las unidades de gama media, los quemadores de gas son más baratos y requieren menos inversión para operar.
Lo anterior se debe, en gran medida, a que las versiones eléctricas se encienden de manera indirecta, lo que quiere decir que el aire es calentado indirectamente, debido a que el quemador se enciende en un intercambiador de calor. Por otra parte, los hornos de gas, como un horno de convección, son de combustión directa, ya que el quemador se enciende de manera directa en la corriente de aire de proceso para su calentamiento.
El gasto en gas puede ser menor que el costo de electricidad, lo que lleva a muchos fabricantes a inclinarse por los ejemplares de gas. Algo bastante común entre las industrias es que sus instalaciones no cuentan con un suministro de gas, pero sí de electricidad. A ello cabe añadir que los costos únicos de implementar el gas suelen ser menores que los costos operativos a largo plazo de los hornos eléctricos.
Además, muchas instalaciones no cuentan con los servicios públicos requeridos para manejar el alto consumo de amperaje demandado para el funcionamiento de un horno industrial eléctrico. Es por ello que la mayoría suele inclinarse por las versiones de gas.
Los hornos de gas requieren alivio de explosión
El alivio de explosiones es un aspecto poco considerado al elegir alguno de los tipos de hornos de pintura industrial y muchos se percatan de él una vez adquirido un ejemplar. Esto no ocurre con los eléctricos, debido a que los primeros son de combustión directa, siempre está el riesgo de una explosión, que no ocurre en la combustión indirecta. La integración del alivio de explosiones necesita tiempo y dinero adicional, que muchos prefieren ahorrarse.
Los hornos tienen mayor eficiencia a bajas temperaturas
En algunas aplicaciones de curado, el control de la temperatura es un aspecto crucial. Esto puede lograrse con los hornos eléctricos, pero no con los de gas. Pero ¿por qué? Al disminuir la temperatura en los hornos de gas (entre 60 y 65 °C), el quemador debe encenderse. Esto se realiza en varios ciclos y de forma continua. Para que el horno se mantenga funcional, tiene que aumentarse la velocidad de escape para que se caliente más aire, lo que disminuye la temperatura interna. Esto hace que presenten una menor eficiencia.
¿Cuál elegir?
Si las aplicaciones que requieren baja temperatura son constantes para su proceso, recomendamos que implementen la eficiencia del horno eléctrico. Además, con ellos disminuye considerablemente el tiempo de instalación, no obstante, los costos operativos son mayores si se necesitan curar productos a temperaturas elevadas y muy pocas instalaciones son diseñadas para satisfacer las demandas de los ejemplares eléctricos.
Por otra parte, un horno de gas, como el horno de convección, requiere menos inversión, pero no son eficientes al operar a bajas temperaturas. La decisión de escoger entre uno u otro se reduce a si los fabricantes requieren un calentador eléctrico para operaciones de baja temperatura o solo se requiere un horno pequeño. De lo contrario, las versiones de gas son más convenientes a largo plazo.
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