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PISTOLA PARA PINTAR

La industria ha sufrido cambios vertiginosos durante la última década, por lo tanto, se necesita implementar un sistema de producción mucho más rápido que no sacrifique de ninguna manera la calidad del resultado final. Pero además de esa meta, también se necesitan herramientas versátiles que puedan ser aplicadas en unas diversas áreas. Esto porque al ahorrar en recursos, las empresas, sobre todo aquellas que entran en la clasificación de PYMES, tienen la oportunidad de mejorar mucho mejor sus recursos monetarios.

Los primeros modelos o patentes que pretendían hacer más eficiente la aplicación de líquidos a través de un sistema mecanizado, surgieron en 1887 de la mano de dos inventores norteamericanos que trabajan desde la ciudad de Ohio y Chicago. Sus nombres eran Joseph Bing y Allen  De Vibiss.

El origen de la invención resulta curioso, pues surge por la necesidad de poder contar con un instrumento que permitiera pintar y mantener una gran extensión de paredes que era propiedad de Binks. Al hacerlo de manera manual se gastaban muchas horas de trabajo al día, en el que realmente se avanzaba muy poco, y si Bink quería tener todo a tiempo o hacer un avance veloz, tenía que aumentar considerablemente su capital humano, lo que lo dejaba con pocos recursos debido al pago de varios sueldos.

Así, de manera muy simple, Bink tomó una bomba manual a la que le añadió un repositorio en donde se almacenaría la pintura. Buscó un material que permitiera que la pintura no se hiciera demasiado espesa o comenzara a solidificarse dentro del recipiente. Gracias al mecanismo manual de la bomba, esta podía ser expulsada del repositorio.

Al probar la efectividad del producto, fue modificando el prototipo hasta que se dio el nacimiento de la primera pistola manual y se puso a prueba la efectividad de la misma en una convención en Columbia, en la que se pudo llevar a cabo el trabajo de recubrimiento de casi el 90% de los edificios que se encontraban en la zona.

Pistola para pintar

El segundo modelo que originó la estructura final de la pistola para pintar se llevó a cabo un año después, gracias al trabajo del Dr. Allen  De Vibiss, quien también buscaba solucionar un problema de practicidad. El doctor estaba francamente frustrado por el mal funcionamiento de los aplicadores para las medicaciones que se utilizaban en la atención de infecciones de la garganta. Para poder mejorar su trabajo, creó un atomizador con una puntilla de caucho en forma de pipeta a la que le añadió un tubo de plástico flexible. Este tubo estaba conectado a la lata del medicamento y al ejercer presión se podía aplicar medicamento justamente en la zona en donde la infección estuviera causando problemas. Veinte años después, este invento fue mejorado considerablemente por el hijo del Dr. De Vibiss.

Al conocer estos modelos previos, podemos reconocer dos de los beneficios fundamentales de la pistola para pintar: rapidez y precisión. Justamente, este segundo elemento es lo que las hace tan necesarias en diversas industrias: desde la construcción de bienes inmobiliarios hasta su implementación en disciplinas artísticas. Por ejemplo, los artistas urbanos que realizan grafitis legales trabajan con pistolas para pintar. Incluso, las máquinas para tatuar cuentan con un mecanismo muy parecido al de estos artefactos. La única variación es que el primero sólo necesita expulsar la pintura, mientras que el segundo necesita introducirla por debajo de la piel.

Hay tres modelos básicos para el desarrollo de esta herramienta que puede ser aprovechada tanto en niveles industriales como en empresas mucho más pequeñas, incluso para profesionales que trabajan de manera independiente:

  • Modelo regular. Este es el sistema más conocido y trabaja mediante la pulverización de las partículas de pintura al interior de la pistola. El mecanismo es conectado a un contenedor en donde esta se almacena. Al ejercer presión sobre ella, se pueden crear pequeñas partículas, lo que la convierte en uno de los elementos con más precisión. No importa qué tan pequeño o complicado sea el espacio, estos serán cubiertos completamente. Como el nivel de presión es mucho más alto es el que normalmente se usa más en el mercado.
  • Modelo HVLP. Con una presión mucha más baja pero una mayor cantidad de volumen de pintura se alcanza el proceso de pulverización más eficiente, puesto que se pierden menos partículas de pintura en el aire. En este caso, resultan bastante funcionales en proyectos de arquitectura o de montaje de automóviles en los que muchas veces los espacios sobre los que se trabaja son bastante delimitados.
  • Modelo LVLP. En este caso, no es muy diferente al modelo anterior, solo que trabaja con un volumen de pintura mucho más bajo y por la tanto el desperdicio de partículas de pintura se reduce, aunque no se puede trabajar con un volumen muy alto de la misma. Generalmente este es el modelo usado por empresas que no trabajan de manera masiva sino con artículos muy específicos.

Más allá de los modelos, si se trabaja con los accesorios adecuados, se pueden lograr procesos de trabajo mucho más rápidos que con una pistola para pintar común y corriente. En Powerdtronic no sólo te damos el equipo, sino que también contamos con diversas boquillas diseñadas para alcanzar una mayor dispersión de las particulares de pinturas, trabajar sobre superficies irregulares o de difícil acceso.

Los materiales de fabricación de nuestra pistola de pintar también son de alta tecnología, pues cuentan con refuerzos exteriores para extender su periodo de durabilidad. Puede revisar las especificaciones técnicas de nuestros equipos en el catálogo de nuestra página web, aunque si está buscando características más específicas, lo invitamos a contactarnos para otorgarle la información que necesita sin ningún tipo de costo extra.